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Atraverse a estar
Homenaje a la poética de amigos queridos, y a la de Rodolfo Kusch


  • Un mate compartido
    en una tarde soleada
    de un verano que se va.

    Sin mirar el reloj,
    sin vaciar el silencio,
    simplemente estar.

    Buscar huellas de verdades
    que intentaron borrar
    y que, sin embargo, siguen ahí:

    en el cielo, en el suelo,
    en un soplo de viento,
    en el vuelo de un colibrí.

    Simplemente estar,
    sin pretender ser alguien,
    porque todo somos.

  • Mezclarse con el otro sin perderse,
    aceptarse vulnerables, juntos,
    porque solos nada somos.

  • Sin miedo, estar.
    Bajar barreras y dejarse atravesar
    por lo bueno y lo malo, por lo que nos hace llorar,

  • por los yuyos que nos curan,
    por el agua que nos recorre,
    por la yerba mate que nos hace encontrar.

    Atreverse a estar,
    aceptando el riesgo de hacerse herir
    por lo que todavía no pudimos sanar

    hasta que los mundos que perdimos vuelvan a ser,
    hasta que nos reconozcamos hermanos otra vez,
    sin alambre ni rejas en nuestro andar

    mirando al pasado de camino al futuro
    resistiendo la crueldad
    con actos políticos de amor.

    Simplemente estar,
    en el mundo que nos queda,
    sembrando flores en el dolor.